Las oficinas Effect Arquitetura de Brasil y Ben-Avid de Argentina diseñaron en conjunto una área polideportiva y de eventos con capacidad para alrededor de tres mil espectadores. El edificio fue desarrollado para ser la sede principal de los Juegos Centroamericanos de 2021 de Santa Tecla, El Salvador.
Ubicado en un terreno de aproximadamente 260 metros de longitud por 60 metros de ancho, el edificio está rodeado por un arroyo, una avenida principal que lo conecta con el resto de la ciudad y una pequeña calle local. La topografía presenta tres niveles escalonados, descendiendo hacia la parte trasera del terreno a lo largo de la avenida.
A partir de esta condición, se diseñó una gran plaza en la porción más elevada, que sirve como un área de acceso público. El edificio está ubicado en el sector central del terreno y es compacto para minimizar su impacto en el entorno. Un patio rebajado separa la edificación de la plaza, creando un jardín retranqueado que controla el acceso del público sin la necesidad de cercas externas.
El basamento del edificio alberga las entradas de los atletas, las instalaciones de apoyo para periodistas y otras salas técnicas. En el nivel intermedio, se encuentran las áreas deportivas y de eventos, junto con todas las instalaciones de apoyo para los atletas.
En el nivel más alto, una amplia área abierta recibe al público desde la plaza, dando acceso a las gradas superiores e inferiores. Este piso es espacioso y fluido, permitiendo que el edificio se integre visualmente a la paisaje. Al mismo tiempo, los visitantes tienen vista al espacio central donde ocurren los eventos deportivos. En los pisos superiores, las cabinas de los periodistas y los palcos VIP están conectados por pasarelas suspendidas a lo largo del perímetro del edificio. El acceso se hace por cuatro núcleos verticales de circulación.
La estructura del edificio es una combinación de concreto armado y estructura metálica. Los dos primeros pisos, apoyados en el suelo, son construidos con pórticos de concreto. Cuatro núcleos verticales soportan la estructura metálica que forma la cobertura y los pisos superiores. Esta estructura permite que las cuatro fachadas del edificio queden suspendidas, sin tocar el suelo, proporcionando ventilación continua en el interior de la arena.
El edificio busca aprovechar al máximo la luz natural sin comprometer su rendimiento para actividades deportivas. Por eso, los arquitectos propusieron una fachada translúcida que filtra la luz directa y los vientos, protegiendo también las áreas internas de la lluvia lateral mediante una ligera inclinación de las superficies externas verticales.